Transformación de la fabricación aditiva

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La impresión 3D es una invención reciente que ha impactado de forma muy temprana a la manufactura. Desde sus inicios ha ayudado a la industria a apostar por otros materiales y procesos que van desde lo biodegradable a reducir por mucho los costos de fabricación. Su aplicación ha sobrepasado la industria de producción y se ha instalado en otras áreas, tales como en educación, arquitectura, diseño industrial, arqueología, arte, moda, medicina e incluso en el sector alimenticio.

Los materiales típicos que utiliza una impresora 3D no son plásticos comunes, si no filamentos y derivados de la resina que, por su maleabilidad, dureza, flexibilidad y resistencia, ofrecen una alternativa eco-friendly para las empresas, además, cabe agregar que la impresión 3D en tiempos recientes ha entrado a su etapa 2.0, es decir, uso de nuevos materiales, como el cristal, metal, caucho y cerámica.

Cuando consideramos la impresión industrial en 3D, hay un número significativo de beneficios para la compañía productora. Los problemas de velocidad y de diseño se ven disminuidos cuando se utiliza maquinaría especializada y se le da valor al diseño del producto.

Una de las grandes ventajas de la impresión 3d es la facilidad de realizar ideas en productos tangibles y es aquí cuando el material y el diseño toman un gran peso. Los fabricantes no paran de intentar innovar y ofrecer cada vez más componentes con la manufactura aditiva y creando programas y sistemas que protegen los diseños industriales de copias a micro y macro escala.

Hoy en día el valor que puede agregar un producto hecho aditivamente es superior a aquellos que siguen siendo fabricados de forma tradicional. Este valor se traduce en reducción de procesos y costos dentro de la cadena de valor, desde la logística interna, pasando por producción hasta llegar a logística externa. Por supuesto, estos beneficios se ven potenciados cuando se habla de manufactura aditiva a nivel industrial (no de escritorio). Por otro lado, analizando las necesidades del mercado, la única forma de satisfacer la personalización de los productos es por medio de la impresión 3D, que, bien desarrollada, se puede aplicar a una demanda de producción en masa, es decir, este tipo de manufactura es una ventaja competitiva para las empresas actuales.

 En México hay un crecimiento exponencial de la manufactura aditiva en los últimos años. Recientemente Querétaro se ha perfilado a ser uno de los HUB de manufactura aditiva más importante de América Latina destacando la producción con metal para la industria aeroespacial; este crecimiento impulsa a otros mercados emergentes mexicanos a salir a la superficie y reclamar parte de la cuota de mercado; la evolución industrial viene con mucha fuerza para las empresas y la tecnología.

Más y más empresas se suman a las ventajas de la impresión 3D como mejora general en la producción; empresas mexicanas como Treitus, que también es un importante agente en la fabricación aditiva, se preocupan sobre la eficiencia operativa de otras empresas, sobre la importancia de los recursos en un mercado con demanda exorbitante. Estas organizaciones locales marcarán una pauta para la industria del futuro y por supuesto, para el destino de la manufactura en México.

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